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La acupuntura sigue asombrando a médicos, científicos, y todo tipo de persona inquieta, por sus excelentes resultados
en el tratamiento de enfermedades crónicas, especialmente aquellas relacionadas con huesos o articulaciones.

El ideograma Ngan (antiguamente Na) está formado de mano y reposo; indica que la mano tantea el punto sobre el que
se va a fijar; contiene tanto la idea de detención (ul ya) como la de presión (kuang-yu) o de inmovilización (cheu yu-fan).
La presión suave o fuerte se realiza con el pulgar, con el dorso de ese dedo plegado en forma de gancho o con dos dedos que actúan simultáneamente; la palma de la mano reemplaza a los dedos cuando se trata de amplias superficies del tórax o del abdomen.

Los masajes se ejecutan mediante una serie de gestos (técnicas) diferentes: 1 - MO: expulsión vigorosa o dispersión suave. 2 - K`TA: introducción de la uña para sustituir la aguja de la acupuntura. 3 - JU: trazado de círculos alrededor del punto de masaje. 4 - T`UEI: movimientos de presión en línea recta, evitando las desviaciones que podrían repercutir sobre los meridianos vecinos. 5 - YAN: sacudir.

Existen grandes analogías entre estas técnicas y las técnicas occidentales de roce, fricción, presión, amasamiento y vibración.
Si bien las técnicas precedentes del mo son más numerosas que las derivadas del Ngan, es porque este último alcanzó una mayor difusión.
Habría que añadir también el rascado, la percusión, el aplastamiento y las presiones con el codo.
Las manipulaciones del cuello, de la columna vertebral, y de las articulaciones de los miembros son también afines al masaje.
La variedad de las técnicas chinas de masaje lleva a clasificarlas en tres grupos (Eric Winter): 1 - los masajes que tratan de buscar una acción loco-regional, bien conocidos en occidente pueden tener una acción euforizante o incluso psicoterápica, en la medida en que se establece una relación de trasferencia entre el médico y el enfermo. 2 - los masajes que tratan de provocar efectos en regiones cercanas o lejanas por una estimulación cutánea en puntos muy precisos que podrían llamarse reflexógenos. 3 - Junto con estos métodos se puede incluir la técnica de resucitación manual japonesa (kuatsu) que observaron Regnault y E. de Winter; estos autores probaron que la excitación de determinadas zonas cutáneas podía provocar efectos de reanimación respiratoria y cardíaca.